Anteriormente el Hubble nos había mostrado una joya en el cabello de la reina: una galaxia espiral en la constelación de Coma Berenices, llamada así por el cabello de la histórica reina egipcia. Sin embargo, esa galaxia es solo una de las muchas que se conocen en esta constelación. La nueva imagen del Telescopio Espacial Hubble de la NASA/ESA muestra la maraña cósmica que es MCG+05-31-045, un par de galaxias en interacción ubicadas a 390 millones de años luz de distancia y que forman parte del llamado cúmulo de galaxias de Coma.

El cúmulo de Coma es un cúmulo particularmente rico y contiene más de mil galaxias conocidas. Varias de ellas se pueden ver fácilmente con telescopios de aficionados. La mayoría de ellas son galaxias elípticas, y eso es típico de un cúmulo de galaxias denso como el cúmulo de Coma: muchas galaxias elípticas se forman en encuentros cercanos entre galaxias que las agitan, o incluso en colisiones que las destrozan. Mientras que las estrellas de las galaxias en interacción pueden permanecer juntas, el gas de las galaxias es una historia diferente: las fuerzas gravitacionales lo retuercen y comprimen, y rápidamente se agota para formar nuevas estrellas. Cuando las estrellas azules, calientes y masivas mueren, queda poco gas para reemplazarlas con nuevas generaciones de estrellas jóvenes. En las galaxias espirales en interacción, las órbitas regulares que producen sus llamativos brazos espirales también se alteran. Ya sea por fusiones o por simples accidentes, el resultado es una galaxia casi desprovista de gas, con estrellas envejecidas orbitando en círculos descoordinados: una galaxia elíptica.

Es muy probable que un destino similar le ocurra a MCG+05-31-045. A medida que la galaxia espiral más pequeña se desgarre e integre en la galaxia más grande, se formarán muchas estrellas nuevas y las azules y calientes se extinguirán rápidamente, dejando estrellas más frías y rojas en una galaxia elíptica muy similar a las demás del cúmulo de Coma. Pero este proceso no se completará hasta muchos millones de años después: hasta entonces, ¡la reina Berenice II tendrá que sufrir los nudos en su cabello!