Espectacular Imagen de un "Ángel" y un "Corazón" en Marte
Con las fiestas cada vez más cerca, hasta nuestros vecinos planetarios se contagian del espíritu navideño, como puede verse en este par de siluetas capturadas por la sonda Mars Express de la ESA.
Las nítidas alas de una figura angelical, con su halo incluido, se distinguen recortándose por la parte superior de esta imagen tomada por la Cámara Estéreo de Alta Resolución (HRSC) de Mars Express, además de un gran corazón situado justo en el centro. Estas formas parecen destacarse sobre el fondo tostado (o, si queremos seguir con el símil navideño, de color ponche de huevo) de la superficie marciana. El color oscuro es resultado de la composición de los campos de dunas de la zona, formados principalmente a base de arenas de color oscuro, ricas en minerales constituyentes de rocas que también pueden encontrarse en la Tierra (concretamente, piroxeno y olivino).
Esta etérea escena se ubica en la región polar sur de Marte, aunque el polo como tal quedaría fuera de la imagen, justo a la derecha (dirección sur). El polo sur suele estar cubierto por una capa de hielo de 1,5 km de espesor y unos 400 km de extensión, con un volumen de unos 1,6 millones de kilómetros cúbicos, de los cuales poco más del 12 % es hielo de agua. El resto del casquete polar está compuesto sobre todo por hielo seco (dióxido de carbono sólido), que se congela en la atmósfera durante el invierno y luego se sublima (cambia de estado sólido a gaseoso) en verano. Como el hemisferio meridional de Marte está ahora mismo en verano, esta imagen muestra cómo el hielo del polo sur del planeta se encuentra en su nivel anual más bajo.
El “ángel” y el “corazón” están compuestos por varias formaciones interesantes. Primero, la mano del ángel que se extiende hacia la izquierda podría ser una gran fosa de sublimación, formada cuando el hielo se convierte en gas y deja bolsas y depresiones en la superficie del planeta: un proceso que sucede con frecuencia en los cambios de estación. Estas fosas de sublimación se han visto en otros planetas del sistema solar, como Plutón, y también se ven diseminadas por el terreno hacia la derecha.
Si nos desplazamos hasta otra de las características distintivas del ángel, su halo, vemos que han intervenido aún más procesos. La “cabeza” y el halo están formados por un cráter de impacto, creado por un objeto espacial que cayó sobre la corteza de Marte. Al chocar, penetró en la superficie y dejó al descubierto las distintas capas de depósitos que conforman la región del polo sur. Estas capas subterráneas también pueden verse en otras áreas donde se ha levantado la superficie —áreas claramente identificables en la vista topográfica correspondiente debido a su baja elevación— y dan cuenta de la larga historia, compleja e interesante, de esta zona de Marte.
Finalmente llegamos al corazón, en cuyo lateral destaca un profundo escarpe (una fila de acantilados o laderas empinadas creadas por procesos de erosión) separado del oscuro campo de dunas que se ve por debajo. Se desconoce el origen de este material oscuro, que se encuentra por todo el planeta, pero los científicos creen que en algún momento habría existido bajo la superficie, en capas de material formado por antigua actividad volcánica. Aunque este material al principio estaba tapado, los continuos impactos y la erosión lo habrían sacado a la superficie y luego el viento lo habría distribuido por todo Marte.
Este paisaje también muestra signos de tolvaneras en el patrón oscuro y lleno de líneas entrecruzadas hacia la izquierda de la imagen. Las tolvaneras o diablos de polvo, muy comunes en Marte, se forman cuando el viento arrastra el polvo de la superficie calentada por el Sol. Aquí han levantado y arrastrado material superficial, dejando a su paso marcas oscuras.
El polo sur marciano es una región fascinante, y acuosa. Hace tan solo unos meses, Mars Express encontró signos de tres nuevos lagos de agua salada líquida que podrían encontrarse bajo el hielo, lo que se sumaría al descubrimiento de un gran depósito subterráneo en 2018. Aunque el Planeta Rojo hoy parece seco y carente de vida, antaño fue más cálido y húmedo, tal y como sucedía con la primitiva Tierra. Aunque en la superficie ya no sea posible la presencia de agua, el entorno subterráneo aún es apto para albergar antiguos sistemas lacustres que tal vez podrían contener indicios de vida.
Mientras muchos nos preparamos para disfrutar de una Navidad tranquila y segura, Mars Express no va a dormirse en los laureles: la sonda seguirá observando y tomando imágenes de nuestro planeta vecino con todo detalle, como lleva haciendo desde que entró en órbita alrededor de Marte en diciembre de 2003. Durante todo este tiempo, la misión nos ha proporcionado una enorme cantidad de información que nos ha ayudado a comprender mejor la hidrología marciana, su composición química y geológica, su atmósfera y sus lunas, así como la historia y el contexto del planeta en el sistema solar y mucho más.